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Y vio hombres montados,
jinetes de dos en dos,
montados sobre asnos,
montados sobre camellos.
Miró entonces más atentamente,
y gritó como un león:
«¡Señor, sobre la atalaya
estoy yo continuamente de día,
y las noches enteras
sobre mi guardia!
¡He aquí que vienen hombres montados,
jinetes de dos en dos!»
Después habló y dijo:
«¡Cayó, cayó Babilonia,
y los ídolos de sus dioses
quebrantó en tierra!»

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